Una de nuestras formas de comunicarnos es principalmente internet y la computadora es nuestra intermediaria constante para saber del otro. Sin embargo, en ocasiones no medimos la cantidad de horas que le damos a este aparato tecnológico y descuidamos afectos, tiempo libre y principalmente la salud. Toda interpretación sobre "que es malo internet o la tecnología" es equivocada, al menos en este espacio.
El equilibrio es la clave de todo. Las relaciones humanas crecen cuando las cuidamos y enriquecemos y puede llevarse muy bien con nuestra vida digital.
Cada persona, asunto y cosa en particular lleva su tiempo y suele ocurrir que si no estamos conectados a la computadora seguimos la conexión desde nuestros teléfonos. Si bien la conexión con lo que suceda en la nube no es negativa, si lo es el tiempo que le restamos a otras personas y actividades.
Casi en referencia a este tema es que me llamó mucho la atención leer un artículo del diario español La Vanguardia mediante el cual la escritora Elsa Punset presentaba su nuevo libro, 'Una mochila para el universo', rutas para aprender a gestionar y a vivir con nuestras emociones. En la nota Punset habla de diversos factores que afectan la vida emocional de las personas, ella mencionó que en un estudio que estaban realizando y una de las conclusiones principales es que "todo el mundo quiere ayudar y que da mucha felicidad ayudar a los demás. El mecanismo que se activa en el cerebro es el de la empatía, Es un mecanismo muy fuerte que hace que te apetezca ayudar al otro y conectarte con él. ¿Por qué, entonces, a veces no ayudamos? La falta de tiempo es una de las razones. Para conectar con el otro necesitas un mínimo de tiempo, mirar al otro, centrarte en él otro. Y a veces el cerebro no te deja. Un abrazo debe durar seis segundos para que tenga un impacto químico en el cerebro".
El tiempo... perderlo, invertirlo, ganarlo... Se que muchos pasamos mucho tiempo en frente de la pantalla y mucho de ese tiempo se lo agradezco enormemente a Raúl que siempre está y comparte sus momentos con nosotros. Es sobre este tiempo que fue invertido y del que nació este espacio es que rescato y dejo como mensaje final (casi uno de los principios por los que iniciamos el Programa de Buen Humor Productivo BHP)
"La gente positiva suele ser muy popular y estar muy rodeada porque contagia esta química del bienestar. ¿Cómo las puedes contagiar tú? Hay una forma muy sencilla, y es el afecto. Si ves a una persona que te trata bien sin que haya ninguna razón para ello, te contagia afecto. Un gesto, una sonrisa, una mirada amable. (...)
Es muy fácil dar un poco de afecto a los demás y, por desgracia, no lo hacemos mucho. (...) Si te pones a pensar, verás como el afecto de los demás te ha salvado o te ha dado muchas alegrías". Elsa Punset.
Mil gracias Marian, que linda sorpresa, un abrazo amiga y aflojà tu laburo ahora que tenes edad para hacerlo y deja los grandes desafios que te apartan de la nataciòn, el patinar, bailar y hacer buenas migas con el presente... un beso.
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