SIEMPRE HUBO FUNCIONES LABORALES VINCULADAS AL SEDENTARISMO PERO HOY, SE AGRAVAN POR LA TECNOLOGÌA QUE NO SOLO TE SIENTA ESTATICO FRENTE A UN APARATO SINO QUE, TE DESCARGA UNA INTERMINABLE CONTAMINACION POR FRECUENCIAS Y ONDAS QUE ALTERAN LA SALUD.
Las estadísticas se disparan en los últimos años y llega al 11% la causa de mortalidad por sedentarismo en las personas en virtud de nuevos comportamientos laborales y hábitos de vida.
UN COCKTEL MORTAL, ALTA CANTIDAD DE HORAS SENTADOS FRENTE A UN COMPUTADOR, TRABAJO BAJO PRESION DE COMPETITIVIDAD, TRES ATADOS DE CIGARRILLOS POR DIA, MATE A CADA RATO Y CONSTANTES INTERRUPCIONES VIA TELEFONIA MOBIL, ENTRE OTRAS COSAS, EN EL AMBIENTE INTERNO LABORAL Y FUERA, UN ENORME DISPOSITIVO DE PRENSA SOBREDIMENSIONADA EN RESALTAR ASPECTOS NEGATIVOS TALES COMO: INSEGURIDAD, DEPRESIÒN, VIOLENCIA, CORRUPCIÒN, CONFLICTOS Y LUCHAS FARANDULESCAS POR EL PODER, UNA INFLACIÒN DISPARADA Y UN DESFILE MEDIATICO DE PROMOTORES AGOREROS DE INCERTIDUMBRE, PONEN AL PAIS EN EL PRIMER LUGAR DE LA HIPERTENSIÒN, Y LA DEGRADACION DE LA SALUD GENERAL.
El Estrés es el principal dueño y señor del momento, y va en aumento.
CUAL ES LA FORMA MAS SALUDABLE DE COMBATIRLO?
(PUBLICADO EN REVISTA FUCSIA)
Aunque muchos asocian el yoga con sentarse a respirar en silencio en alguna postura que a veces parece chistosa y a veces compleja, existen diferentes formas de practicarlo, entérate cuáles son.
El yoga, que significa unión, es un sistema que busca equilibrar la mente, el cuerpo y el espíritu. Descubierto hace más de 5000 años en Oriente, el yoga está compuesto por varios métodos que buscan el bienestar físico y mental de tal manera que se encuentren en armonía con la parte espiritual.Según Beatriz Dávila, investigadora y colaboradora de About.com, llamamos “yoga” a las prácticas, entre las que se encuentran posturas (asanas), meditación, respiración (pranayama), kriyas (limpiezas), mudras (sellos energéticos), kirtan (cantos), mantras, rituales. Pero el yoga, como medicina holística que induce los procesos naturales de sanación y salud de la anatomía física y espiritual, como sistema psicológico y filosófico, que busca el bienestar, la paz interior, la expansión de los límites; implica todo un estilo de vida que involucra la observancia de pautas éticas, principios de vida y regímenes de alimentación. Por eso se dice que el yoga es una disciplina.
Este estilo de vida que se ha ido popularizando en occidente, está relacionado con ocho pasos básicos, los yamas (las restricciones morales, como la no violencia, la verdad de palabra, acto y pensamiento, no robar, la moderación y la no posesividad) los niyamas (la pureza, la austeridad, el estudio de textos sagrados, y la conciencia permanente de la divinidad), los asanas (posturas), pranayama (respiración adecuada), pratyahara (el recogimiento de los sentidos), dharana (concentración para la meditación), dyana (meditación y contemplación) y samadi (supraconsciencia), explica Dávila.
Existen varios tipos de yoga, en Revista Fucsia.com te contamos sobre tres, que suelen ser los mas comunes:
Hatha
Hatha es un término muy general que puede abarcar muchos de los tipos físicos del yoga. Si ves que hay una clase que recibe ese nombre, probablemente va a ser de ritmo lento y suave. Es una buena técnica para iniciarse en yoga y en las posturas básicas. Es una modalidada que fortalece la resistencia, entre otros aspectos.
Kundalini
El énfasis de este tipo de yoga está en la respiración conjunta con el movimiento físico. Su finalidad es liberar la energía en la parte inferior del cuerpo para permitir que se mueva hacia arriba. Todas las prácticas de asanas buscan controlar la respiración. Una clase de kundalini suele inciar con ejercicios de respiración y va subiendo de nivel con kriyas enfocadas en algun aspecto en paricular a trabajar en cada sesión.
Vinyasa
Al igual que el Hatha, Vinyasa es un término general que se utiliza para describir muchos tipos diferentes de yoga. Vinyasa es un estilo más vigoroso basado en la realización de una serie de poses llamada saludos al sol, en la que el movimiento se corresponde con la respiración. Una clase de Vinyasa normalmente se inicia con una serie de saludos al sol para calentar el cuerpo para el estiramiento que se realiza en la clase
Si te animas a practicarlo, busca una escuela certificada y asesórate en las diferentes modalidades que ofrecen para que sepas cuál se ajusta más a tus necesidades.
HIPERTENSION Y TIROIDES DOS EN CONFLICTO
La formula mas antigua: Caminar, caminar, caminar y beber mucha pero mucha agua, funciona?
Consejos
Un Plan de Vida es Esencial
Etiquetas de Technorati: HIPERTENSO
Investigadores del Allergheny College de Pennsylvania (EE UU) demuestran que una siesta diaria de al menos 45 minutos hace que disminuya la presión arterial de quienes han sufrido un día de estrés con mucha tensión psicológica.
ResponderEliminarSegún afirman en el último número de la revista International Journal of Behavioral Medicine, las largas jornadas laborales, el trabajo por turnos, la televisión e Internet están afectando en la calidad del sueño, hasta el punto de que los ciudadanos duermen una media de casi dos horas diarias menos que hace medio siglo. Esto afecta a la salud a largo plazo y, de hecho, hay estudios que relacionan la falta de sueño con un mayor riesgo de hipertensión y problemas cardiovasculares.
Para tratar de reducir este impacto, los investigadores Ryan Brindle y Sarah Conklin analizaron si dormir la siesta podría influir en la recuperación cardiovascular después de una prueba de estrés mental. Para ello seleccionaron a 85 universitarios sanos que fueron divididos en dos grupos, de modo que a algunos de los participantes se les asignaba una hora al día en la que podían dormir durante al menos 60 minutos. Al mismo tiempo, los estudiantes completaron unos cuestionarios para evaluar la calidad del sueño y conocer su actividad diaria, mientras que también se midió su presión arterial y el ritmo cardiaco.
De este modo, observaron que la siesta parecía tener un efecto reparador en los estudiantes ya que, aunque en todos la presión arterial y el ritmo cardiaco aumentaba durante el inicio de su jornada, aquellos que dormían siesta presentaban un descenso de ambos marcadores. Estos resultados eran más evidentes cuando los estudiantes dormían entre 45 y 60 minutos al día.
Según los investigadores, “los hallazgos sugieren que la siesta puede acelerar la recuperación cardiovascular después de una situación de estrés mental”.
¿Bostezas? Tal vez se debe a que tu cerebro está que arde. Según un estudio dirigido por Andrew Gallup, investigador de la Universidad de Princeton (EE UU), bostezar no es solo un indicador de fatiga o aburrimiento. De hecho, Gallup ha demostrado que la frecuencia con la que bostezamos varía según la estación del año, y que las personas bostezan menos cuando el calor al aire libre es mayor que la temperatura corporal, lo que tendría justificación si el bostezo sirve para que el cerebro regule su temperatura.
ResponderEliminarEn experimentos con 160 sujetos, los científicos comprobaron que somos más propensos a bostezar en invierno, en comparación con el verano, cuando la temperatura ambiente es igual o superior a la temperatura corporal. "Cerca de la mitad de las personas en las sesiones de invierno bostezó, en comparación con menos de un cuarto de los participantes en verano", explica Gallup, que ha llegado a la conclusión de que las altas temperaturas externas no proporcionan ningún alivio para el cerebro recalentado, mientras que cuando hace más frío un bostezo sirve para que entre aire fresco y descienda la temperatura de nuestra cabeza.
“Nuestro estudio da soporte a la hipótesis termorreguladora del bostezo, que propone que abrimos la boca cuando la temperatura del cerebro aumenta, y que la consecuencia fisiológica es que nuestras neuronas se enfrían”, explica Gallup, que ha dado a conocer su trabajo en la revista Frontiers in Evolutionary Neuroscience. Al bostezar, el estiramiento de la mandíbula aumenta el flujo de sangre al cerebro, y la inhalación de aire más frío que el organismo permite el intercambio de calor con el entorno. “Es una ventana térmica”, añade el investigador, que advierte que bostezar cuando hace mucho calor en el exterior podría ser contraproducente.
Según Judith Wurtman, investigadora del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), las proteínas aportan al cerebro tirosina, un aminoácido que aumenta la producción de los neurotransmisores que mantienen la mente alerta, concentrada y productiva (dopamina y noradrenalina). Cuando caen los niveles de tirosina sufrimos apatía y falta de motivación.
ResponderEliminarSi las proteínas consiguen espabilarnos y aceleran el pensamiento, la relajación suele venir de la mano de los hidratos de carbono (patatas, pasta, arroz, miel, plátanos, frutos secos, palomitas...). Estos alimentos inducen la liberación de insulina, que elimina de la sangre casi todos los aminoácidos excepto el triptófano, que ejerce un efecto calmante. Según ha demostrado el marido de Judith, Richard Wurtman, un neuroendocrinólogo que también trabaja en el MIT, el triptófano es la materia prima que usa el cerebro para producir serotonina, el neurotransmisor del bienestar, que además reduce el dolor y el apetito y ayuda a conciliar el sueño. Eso sí, tal y como advierte Wurtman, hay que tener en cuenta que, si en el plato se mezclan carbohidratos con proteínas, el efecto calmante de los primeros se anula.
Según un estudio reciente del Centro Médico de la Universidad de Maryland, los helados contienen triptófano, un aminoácido que nos calma y reduce la agresividad, aumentando la producción de serotonina (la hormona del bienestar). Eso ayuda a combatir el estrés, a relajarnos y a dormir mejor.
ResponderEliminarPor otro lado Jane Jakubczak, dietista de la Universidad de Maryland, ha demostrado que elegimos ciertos alimentos según nuestro estado de ánimo, guiados por lo que se conoce como el “apetito emocional”. Cuando estamos contentos, tendemos a optar por un gran filete de carne a la parrilla o una pizza; la sensación de tristeza nos impulsa a comer helados y galletas; y ante el aburrimiento, solemos atiborrarnos de patatas fritas.
Neurocientíficos de la Universidad de Iowa (EE UU) han descubierto qué ocurre en el cerebro humano cuando una persona pierde la paciencia y la capacidad de autocontrol. Sus conclusiones se publican en la revista Journal of Consumer Psychology.
ResponderEliminarWilliam Hedgcock, coautor del trabajo, ya había demostrado con anterioridad que el autocontrol es un recurso finito que se gasta con el uso. Cuando se utiliza demasiado de forma continuada, es más difícil que nos mantengamos calmados la siguiente vez que nos enfrentamos a una situación que exige controlar nuestros impulsos.
Ahora, un nuevo estudio con imágenes de resonancia magnética funcional le ha permitido demostrar que la corteza cingulada anterior (ACC), encargada de reconocer que una situación tiene muchas posibles respuestas y que algunas son más convenientes que otras, se activa siempre independientemente de la decisión que tomemos. Esta zona reconoce, por ejemplo, cuando algo nos tienta. Por lo tanto, la verdadera "llave" del autocontrol reside, según Hedgcock, en la región conocida como corteza prefrontal dorsolateral -la que dice “querría hacer esto, pero debo sobreponerme a ese impulso y actuar de manera inteligente”- se activa con menos intensidad a medida que nuestra capacidad de autocontrol se agota. Y las técnicas de neuroimagen revelan que es la falta de actividad de las neuronas de esta zona lo que hace que, en ocasiones, “las situaciones nos saquen de nuestras casillas” y no actuemos con sensatez, aclaran los científicos.
Hedgcock asegura que, de acuerdo con el hallazgo, el autocontrol debería ser comparado con una piscina que se puede vaciar por el uso y volverse a llenar cuando estamos en un ambiente sin excesivos conflictos, lejos de "tentaciones que lo desgastan".
Los resultados del estudio podría ayudar a desarrollar mejores programas de desintoxicación para personas adictas a las drogas, al alcohol, a las compras o a la comida, que suelen hacer cosas que preferirían no hacer. También ayudará a sujetos que nacen sin capacidad de autocontrol por un daño cerebral.