Una agenda de ciudadanía corporativa
No hay respuestas claras a muchos de los dilemas vinculados con lo que significa ser un buen ciudadano corporativo, ni respecto de cómo integrar tal objetivo a las obligaciones frente los accionistas. Pero los presidentes ejecutivos no pueden darse el lujo de esperar hasta que alguien encuentre esas respuestas. Operan en el “aquí y ahora”, y deben actuar de inmediato a partir de los mejores conocimientos que puedan reunir. Es imperativo prestarle más atención y altísima prioridad a la ciudadanía corporativa, y hacerlo de un modo cuidadoso. Un programa de cinco puntos puede ayudar a que los máximos ejecutivos de las empresas cumplan con sus obligaciones y, a la vez, hagan aportes para que la economía global sea más humanitaria y segura.
Punto 1: Anticiparse a los hechos, y actuar con transparencia en materia de ciudadanía corporativa y responsabilidad social.
Punto 2: Expandir la actividad de las asociaciones industriales.
Punto 3: Intensificar el compromiso con las instituciones públicas y privadas sin fines de lucro.
Punto 4: Concebir estrategias más rigurosas para tratar con los grupos antiglobalización.
Punto 5: Exigir a los gobiernos y organismos internacionales que diseñen reglas de conducta globales.
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