Creatividad + Libertad = Una guerra a la obsecuencia.
“LA HORA DE LOS PUEBLOS” Argentina, la democracia y el cabaret.
Al menos por estos lados, esta fue una navidad con mucho contenido político en el ambiente. Y eso no impide hacer un alto para beber un trago mas, digerir un bocadillo de mas, y terminar la noche sabiendo que al otro día el organismo va a reaccionar.
LA RESACA NO AYUDA A PENSAR O SI?
No se profundiza un modelo ni se instala una nueva cultura perpetuando obsecuentes.
ES HORA QUE LOS JÓVENES MILITANTES RENUEVEN A LOS VIEJOS OBSECUENTES DE LA POLÍTICA Y EDIFIQUEN UNA DEMOCRACIA VERDADERAMENTE PARTICIPATIVA, PLASMADA EN VALORES, PRINCIPIOS Y ÉTICA TRASCENDENTE… HAY QUE DEVOLVERLE LA DEMOCRACIA A LOS PARTIDOS, A LAS BANCAS DEL CONGRESO Y LOS SILLONES DE MANDO. HAY QUE DEVOLVERLE LEGITIMIDAD A LA JUSTICIA Y CONFIANZA AL PUEBLO.
30 años de democracia para festejar hasta que se prenda la luz?
La república se ha convertido en un cabaret de bajos fondos. Apesta a bebedores empedernidos de cerveza borrachos de corrupción y a rincones reservados de intoxicados con aguardientes de alambiques corporativos que especulan con los ladrones de guante blanco. Los poderes ejecutivo, legislativo y judicial detrás de la barra apestan a dinero sucio contado con poca luz, mucho ruido ambiente y varias chicas meseras para entretener a una sociedad cada vez mas drogada con los sopores de la cultura de las tinieblas. Grupos fragmentados de la clientela cada uno tratando de satisfacer sus manías precarias, efímeras y trasnochadas parecen emparejados en sus categorías pero no lo están, solo que en la oscuridad, todos los gatos son pardos, dice el dicho.
Uno a uno, hemos entronizado el cabaret en el centro de nuestra cultura, aplaudiendo lo mismo al artista bohemio del piano que viene a tocar por dos pesos que a la striper del caño que se desnuda para que creamos que el reparto es generoso y para todos.
Pero como en un cabaret, la noche se acaba y todo vuelve a empezar con la salida del sol, aunque cada vez peor, nos muestre después de 30 años de democracia, con, el traje arrugado impregnado de humo de tabaco, las ojeras colgando de los ojos vidriosos, y una mancha de rouge en el cuello por debajo de la oreja que nos toco en suerte de reparto.
La clase política actual, dista mucho de ser la de los jóvenes del 60 y la de los 70. La de los ideales, el engrudo y las vigilias electorales largas, al tic tac del tiempo de las siniestras dictaduras militares.
Y los de los 60 y los de los 70, llegaron pensando que del otro lado de la puerta donde titila la lucecita roja todo era distinto, se equivocaron, se sentaron en la mesa del cliente unos y en el sillón del otario otros, hoy son los clientes pervertidos por mañas y experiencia que especulan con el horario de cierre y de salida para darle al dinero que los nuevos derrochan otro sentido de conversión, mas sórdido y mas degradante para los burócratas que funcionan en ese mundo impiadoso, grotesco y apartado de toda dignidad social, humana y civilizada.
La corrupción es en el cabaret, el precio de prometerte todo y darte nada.
No trascienden los que se quedan enredados en la maraña del poder, en democracia el poder es efímero, cambiante, de ida y vuelta.
Lo generoso, es, ayudar al pueblo a crecer, participando, expresándose, reinventando la democracia dentro la pasión en acción porque nadie se irá debiendo quedarse, y nadie dará un sorbo a la copa sin saber que esta bebiendo.
Señores Jueces, Señores Diputados, Señores Intendentes y Gobernadores, Señora Presidente, es hora de cerrar, es hora de retirarse. Cuando se prenda la luz, otro será el decorado, las mascaras sobrevivientes al maquillaje barato y la mugre del piso entre colillas y bebida derramada que en la oscuridad, no se percibía…
Profundizar un modelo es algo más que darse permiso para una noche de bohemia en el cabaret. Es no convertir la vida de cada uno en un triste y desencajado muñeco que se consume en la oscuridad artificial del cabaret. Sin ideología, sin doctrina, sin posibilidad de creer que mas allá de esa estructura precaria, hay otra oportunidad mejor.
Es hora de que muchos demos un paso al costado y otros muchos, sientan que hay una responsabilidad por delante que solo los idiotas no pueden ver.
Es hora de participar, pero, para participar hay que tener con que, saber de límites, de códigos y de bordes y periferias. De compromiso mas allá de una puerta y de una silla, temporal, efímera y que discretamente, es el único soporte que te queda a la hora de tomar decisiones importantes.
DEFINITIVAMENTE, EL 2014 ES UN AÑO PARA ANIMARSE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hace Tu comentario de Buena Onda!