El quinto poder
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Autor: Argency Blog abril 9, 2013 en: Argency, Innovación, Marketing, Novedades, Publicidad, Recomendamos, Redes Sociales, Tecnología, Web 2.0|Publicar Comentario
La comunicación política se transforma, una vez más, a través de los medios digitales. Vemos cómo la dinámica de interacción cambia, a la vez que promueve nuevas estrategias y formas de relacionarnos. Debatimos el cambio junto a Mario Riorda y Gabriel Conte, entrevistados de lujo.
La nueva Comunicación Política Digital es un fenómeno que analizaremos con el aporte de dos especialistas, entrevistados especialmente para la ocasión: Mario Riorda, Consultor en Estrategia y Comunicación Política para gobiernos y partidos en América Latina, y Gabriel Conte, Periodista y Editor General de Mdz Online.
Después del éxito de Barak Obama, muchos políticos quieren incursionar en las redes para potenciar su llegada al electorado. ¿Es posible sumar adeptos? Lo es. El porcentaje de indecisos será más permeable a aquellos candidatos que les acerquen sus proyectos y se interesen por ellos.
Internet plantea una nueva comunicación: individual y colectiva, con propuestas segmentadas de acuerdo al sector con el que interactuamos y la posibilidad de cuantificar sus respuestas. Diversos aportes pueden sumarse a la planificación de una campaña. Al respecto consultamos a
Mario Riorda:
¿Qué aporta a una campaña electoral el uso de
medios de comunicación digital?
La comunicación política digital aporta diferentes cosas, como la posibilidad de ampliar de modo superlativo la difusión de un mensaje y la posibilidad de generar acciones de fidelización que otros medios no permiten. En el mundo anglosajón es la principal modalidad para recaudar, ya que aporta datos tanto para conocer las tendencias positivas de nuestra campaña y candidatos, como las negativas. Aporta información constante, más allá de la necesidad de tamizarla de modo sistemático. Aporta inmediatez. Aporta posibilidades de interacción. Aporta una rica base de datos que se actualiza constantemente. Y lo más importante, en la actualidad y en el futuro: aporta las mayores chances imaginadas de microsegmentación para llegar de manera personalizada a cada ciudadano o votante.
¿Es un campo que aún está siendo descubierto, o ya es incluido al momento de plantear una campaña?
Es un campo que está incluido en el diseño de las campañas, pero que se va haciendo día a día en clave de novedad. Se sabe que es una necesidad, pero todavía no se lo piensa convergentemente. Los equipos de medios digitales se incorporan como anexo o acoplados a los equipos una vez que se han diseñado las estrategias en los medios convencionales. Esto cambia día a día, pero queda mucho camino por recorrer.
A través de las redes, ¿considerás que es posible revertir la intención de voto o captar nuevos adeptos?
Seguramente sí, es posible; pero no si las entendemos como un medio autónomo. Las redes son un medio más y las chances son equivalentes a los estímulos persuasivos de los otros medios. Así como se dice que la mitad del dinero invertido en publicidad política es dinero tirado, porque nadie sabe de sus efectos reales, aquí pasa lo mismo. Se actúa por inercia o, más en este caso, por snobismo. Sólo si se entiende que la comunicación es convergente, lo que implica que hay audiencias migrantes y que debo realizar mensajes para todos los medios posibles, entonces las chances seguramente crecerán.
La presencia en Internet exige que la comunicación no se base en una repetición de slogan, en una promoción partidaria y una acumulación de seguidores. Hay que aprovechar las redes como lo que son: un canal de comunicación, y usarlas como herramientas para combatir el desinterés y la desvinculación política, involucrando a la comunidad, incentivando el debate, escuchando y respondiendo.
Y por casa, ¿cómo andamos?
Consultamos a Gabriel Conte, periodista y editor, sobre el caso particular de Mendoza y sus partidos políticos, en relación al tipo de trabajo que se está realizando y algunas “recomendaciones” que, desde su visión como periodista, podría proponer:
En Mendoza, como partidos, no están trabajando muy seriamente el tema. O por lo menos, desde el periodismo no se nota. Siguen dependiendo del correo electrónico con la opinión cerrada, en lugar de usar herramientas tecnológicas y multimediáticas que podrían sorprender al periodista, al medio, y lograr así un lugar en la opinión pública. Sí el Gobierno: puede decirse que hubo una construcción en la materia del actual partido para ganar las elecciones, pero que no se sostuvo partidariamente. Las experiencias son pocas y aisladas, aunque sé que han intentado hacer un esfuerzo. Sus estructuras resultan tan anacrónicas como las sostienen sus dirigentes y militantes, por ello resulta muy difícil “obligarlos” a usar las redes. Tal vez se animen algunas individualidades, que las hay en todos los partidos, pero no hay una estrategia colectiva. Salvo el caso de La Cámpora que tiene un desarrollo en la materia que les permite usar Internet –especialmente las redes- en toda su dimensión: texto, imágenes y sonido.
En cuanto a las recomendaciones, es muy difícil cuando no se sienten parte de las redes, sino elementos extraños, forzados a usarlas. Habría que generar grupos específicos y guiarlos hacia la comunicación de sus acciones, ideas, propuestas, etc. Porque si no, se suman a la tentación de usar las redes sólo para campañas electorales, o exclusivamente para una acción y luego las abandonan. Creo que el 90% de quienes fueron candidatos en las últimas elecciones y abrieron un Facebook y una cuenta en Twitter no la volvieron a usar después.
Como lo señala Gabriel Conte, la mayoría tiende a abandonar sus perfiles y tirar lo construido, en vez de seguir trabajando por seguir sumando adeptos y convertirse en una figura cercana y útil a su comunidad. Si nada más demuestran interés por los ciudadanos durante las campañas, sus intenciones son fácilmente puestas en duda: “Sólo le intereso para ganar un voto”.
Aun cuando la taza de pobreza en América Latina sea alta o la adquisición de productos tecnológicos quede reservada a una minoría, los medios electrónicos han arribado a la vida cotidiana. Los jóvenes ya pueden acceder diariamente a la red a través de bibliotecas, escuelas (Conectar Igualdad), cibercafés o zonas wifi, entre otras, y prácticamente todos ya poseen una cuenta personal en las redes, lo que nos demuestra que facebook, twitter, blogs y otros medios ya son parte integrante de la realidad social.
Es posible que aún no todos entiendan el poder de Internet como medio y su alcance, pero actualmente hay más gente conectada a Internet que ala TV, y si sacamos cuentas, más del 50% del padrón electoral dela Argentinahabrá nacido después de 1983 en hogares de clase media con acceso a medios digitales.
Ante esto, nos pareció importante consultarles a nuestros entrevistados cómo creen que se modificará a futuro la relación político-ciudadana, a lo que cada uno aportó desde su lugar una visión complementaria. Para Mario Riorda “probablemente no se modifique en la discusión atinente al contenido, pero sí en las formas; porque entre los efectos está generando una sensación de inmediatez o de necesidad de satisfacción de lo que en ciencia política se denomina ‘percepción de eficacia’, que es creer que mi acción contribuye a determinar una política o resultado dado. Esto significa que el ciudadano siente que su apoyo, sus críticas o sus demandas se perciben útiles. Por eso ambos sectores, político y ciudadano, sienten la necesidad de estar en la red”.
Por su lado, Gabriel Conte cree que “con el tiempo esto va a cambiar. Internet va a servir como plataforma de encuentro y discusión. Fue interesante la experiencia del FPV, que juntaba avales por las redes, que sumaba apoyos, mensajes. Aunque la idea es que todo el mundo hace un gran esfuerzo para uno solo y, al final, terminan siendo militantes o amigos del que maneja las redes sociales… Una mentira más de la política. Habría que abrir foros de debate sobre ideas que ya traigan elaboradas los partidos. Soy de los que creen que los partidos no deben hacer un concurso de ideas, sino aglutinar a gente que ya tenga el mismo núcleo de coincidencias básicas y, luego, pedir ayuda para difundir esas propuestas o complementarlas”.
La comunicación política digital aún está en “pañales”. El potencial y el desarrollo que podemos imaginar, sin dudas, modificará la relación político-ciudadana. Sumarse a la nueva era potenciando el contacto directo y la participación, además de aprovechar Internet como plataforma de difusión, son algunos de los retos que deben afrontar los partidos, candidatos e instituciones políticas para enriquecer sus propuestas y construir un proyecto común junto a la sociedad.
¿Utópico? Internet es una herramienta, no la solución. De todos dependerá incentivar el debate público, interactuar, proponer y organizarnos para actuar, aprovechando un nuevo medio que nos conectará más allá de lo que hoy podamos imaginar.
Agradecemos la colaboración de nuestros entrevistados:
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