La Magia de Poder Cambiar.

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Anclajes Mentales para el Buen Humor Productivo

Hábitos y Anclajes

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domingo, 2 de enero de 2011

QUE ES EL VOLUNTARIADO?

AÑO DOS MIL ONCE


EL AÑO DEL VOLUNTARIADO.


PERO, QUE ES EL VOLUNTARIADO SOCIAL EN LAS ORGANIZACIONES?


En los once años de la red radar hemos visto el mundo de las necesidades desde las periferias ciudadanas de nuestra comarca en Chubut.


De cara a necesidades básicas insatisfechas, inimaginables en estos tiempos donde el mundo ha resuelto con la tecnología grandes problemas de producción y abastecimiento, pero, aun no, el mundo egoísta del capitalismo y la absurda distribución de los productos, medicamentos, el transporte, o la vivienda…


Pero, en el año, dos mil diez, en particular. Nos hizo ver el mundo de los hospitales, la enfermedad, la falta de salud y de recursos para combatir las emergencias que nos afectan a todos, los ricos, los pobres y los de clase media… ante, la angustia, todos somos iguales y todos nos deberíamos reflexionar como contribuir a mitigar el dolor de los que padecen.


UN VEINTE POR CIENTO DE LOS ARGENTINOS, TRABAJA COMO VOLUNTARIO EN ARGENTINA.


Por ello nos parece oportuno comentarles este artículo de Fundación la Nación y el audio de algunos voluntarios y sus motivaciones…

EL CASO DE MAGDALENA:
Mientras seguía con sus estudios de periodismo y hacía una pasantía se metió en el área de comunicación, en la que estuvo colaborando de manera voluntaria durante un año y medio. "Lo bueno de un Un Techo es que si te sumás como voluntario y sos comprometido vas creciendo y te van dando más responsabilidades", explica Magdalena, que de a poco fue ganando más terreno y llegó a convertirse en coordinadora de prensa.
Cuando a fines de 2008 le llegó una búsqueda de la organización para puestos en Chile sintió el impulso de anotarse. Sin reflexión de por medio, casi por instinto, empezaba a torcer su destino hacia el campo social. En marzo de 2009, Magdalena ponía pies en Santiago para formar parte del equipo de comunicación. "No es que fue una decisión consciente de que a partir de ese momento me iba a dedicar a esto. Fue algo que tenía conmigo y el hecho de estar tan comprometida con la institución hizo que se diera naturalmente", explica Magdalena.
Con toda la energía, la flexibilidad y la desfachatez propias de la juventud, Magdalena sentía que ésa era la etapa perfecta para vivir este tipo de experiencias. Por eso, cuando se enteró de que había una necesidad en comunicación en Un Techo para mi País en Perú, no lo dudó. Hizo sus valijas y desde febrero vive en Lima.
"Todavía me sorprendo de todo lo que se puede hacer y la posibilidad de tener contacto con diferentes mundos", agrega Magdalena.
Para ella todo es posible, no descarta ninguna opción. Lo único que tiene claro es que va a seguir vinculada con el sector social, ya sea como contratada o como voluntaria.
"Invito a todas las personas a que tomen contacto con alguna ONG. Hay opciones y espacios para todos los gustos. Es importante que no vivamos en una burbuja y tengamos una mirada más realista de lo que pasa", concluye Magdalena con una claridad contundente.
* * *
"No somos voluntarios porque hayamos nacido tocados por una varita mágica, ni porque seamos especiales, ni porque estemos aburridos, ni porque vivamos trasnochados. Somos voluntarios sencillamente porque podríamos no serlo sin penas ni sanciones, y sin embargo lo somos porque sabemos que la vigencia de los derechos, la libertad, la justicia y el ejercicio de la solidaridad no son plenos aún, ya que esa plenitud es una tarea de construcción eterna que ni locos nos queremos perder o mirar desde una butaca en la platea", sostiene García, para explicar la motivación de los voluntarios.
Cecilia Alberdi puede dar fe de esta pasión. Los seis meses que pasó cuando tenía 17 años en Australia producto de un programa de intercambio de la American Field Service (AFS) la marcaron para siempre. La propuesta llegó un día cualquiera de clases en su ciudad natal, Roldán, provincia de Santa Fe, y unos meses más tarde estaba en un avión, rumbo a lo desconocido.
"Consistía en vivir con una familia anfitriona que te aloja en forma voluntaria. Iba a la misma escuela secundaria que mi hermana anfitriona, conocía su cultura y aprendía el idioma. Como mi familia anfitriona participaba de tareas voluntarias, yo también me sumaba a muchas actividades", recuerda Cecilia, que se mimetizó tanto con el lugar hasta tal punto que soñaba en inglés.
Para esta joven de 30 años fue una experiencia de esas que hacen que cualquiera madure de golpe y despliegue todo su potencial. En cuanto puso los pies en tierra argentina se anotó como voluntaria de la delegación de Rosario de AFS, para poder brindarle a otros chicos la misma oportunidad que había tenido ella. Empezó como tutora de los extranjeros y con el tiempo se fue vinculando con la organización desde diferentes roles, no sólo el intercambio cultural. "Hace 13 años que soy voluntaria. De a poco fui tomando nuevas responsabilidades, como una coordinación, y con sólo 22 fui la representante local de Rosario de AFS, con 20 voluntarios a cargo", cuenta esta joven que estudió Comunicación Social con la ilusión de trabajar para un canal de viajes y poder seguir conociendo el mundo.
El voluntariado pasó a ser una parte fundamental de su vida. Mientras tanto hacía lo mismo que el resto de sus amigas: estudiaba y trabajaba, pero sin dejar nunca el voluntariado.
Recién en enero de este año dio el salto. Cansada de no sentirse motivada por el sector privado tomó la decisión de dedicar sus 24 horas al sector social, donde sí encontraba un sentido de pertenencia.
Su idea fue convertirse en una suerte de facilitadora free lance de grupos de trabajo en temáticas sociales como derechos humanos, políticas públicas en el área de juventud y asociativismo. "Como las ONG no tienen dinero para la consultoría aproveché el Espacio Iberoamericano de Juventud en el que participo para conocer organismos internacionales que me llaman para moderar", agrega Cecilia.
Pero este camino no le resulta del todo fácil. Cecilia se encontró con muchas barreras a la hora de trabajar para las ONG en la Argentina. De hecho, hoy no tiene un ingreso fijo y está consumiendo sus ahorros. "Hay mucho para hacer desde el voluntariado, pero no tanto desde lo laboral", explica Cecilia.
Actualmente, el 70% de su tiempo se lo llevan sus tareas voluntarias. Es presidenta del Consejo Directivo de AFS Argentina y Uruguay, que agrupa a 650 voluntarios, y también colabora con el Espacio Iberoamericano de Juventud.
Su mensaje es que vale la pena intentarlo. Que el voluntariado es una tarea que retribuye moralmente más que cualquier dinero del mundo. "Se hace un aporte donde uno le cambia la vida a las personas. Uno pone un granito de arena y ya con eso se puede construir un montón", concluye Cecilia.
"Empecé como voluntaria y me fui quedando", dice Sandra Dayan con la naturalidad que la caracteriza. Un día se acercó al hogar de varones de Pronat's (Hogar Buenos Aires) por un mail que le llegó en el que pedían colaboradores, y nunca más se fue.
Su deseo era poder trabajar con chicos, pasión que había quedado vacante luego de dejar atrás sus días como docente primaria. "Empecé a sentir que me faltaba algo y me anoté como voluntaria en este hogar", dice Sandra, que hoy tiene 47 años.
En un primer momento, daba clases de apoyo escolar a los chicos que pasaban por el hogar, que en ese entonces era de tránsito. "La mayoría estaba en situación de calle y me dedicaba principalmente a alfabetizarlos o ayudarlos con la escuela primaria", recuerda Sandra.
Vino un día, después al otro, el que le siguió a ése, y cuando se quiso dar cuenta ya era una pieza fundamental de la organización. "El trabajo acá es fantástico porque se le da un espacio real a los voluntarios. Eso genera que estén muy arraigados en el hogar y que se los cuide mucho. Los directores de las sedes y los profesionales de los equipos técnicos son piezas clave para la articulación con las personas que se acercan al hogar como voluntarios", explica Sandra, hoy sentada en la oficina del hogar.
En él viven hoy 25 adolescentes de 12 a 18 años que apuestan a tener un futuro mejor. Desde la institución se hace foco en la educación, el trabajo, la revinculación familiar y el trabajo de autovalimiento mediante talleres de oficios y artísticos.
En el hogar Sandra empezó a sentir que podía empezar a trabajar en la infancia con una mirada más integral, porque podía involucrarse más con la historia de cada uno de los chicos. "Acá participás de su cotidianidad, conocés a sus familias, te interiorizás de sus causas en los juzgados. De alguna manera te hacés cargo de su situación", agrega Sandra, mientras los chicos entran y salen de su oficina como si estuvieran en su casa.
Después de cinco meses como voluntaria, se dio cuenta de que el hogar había pasado a ser su prioridad. "Fue todo muy natural. Un día me sentaron para darle un encuadre más institucional a mi participación, poniéndole horarios y una remuneración", dice Sandra, que así se sumó al equipo técnico del hogar de varones. Hoy, cuando no está dándole monedas a los chicos para que lleguen a la escuela, hablando con algún padre o comprando insumos para la casa se mete de lleno en sus funciones, que es colaborar con el coordinador general.
No buscan logros imposibles ni tareas titánicas. Se concentran en modificarle positivamente la vida a un chico. Que uno salga en adopción, que otro reconstruya su vínculo familiar o que alguno realice un proyecto de autovalimiento. "Cada chico que pasa de grado para nosotros es una fiesta. A mí lo que más me interesa es que los chicos puedan progresar en su trayecto escolar", agrega Sandra.
Para ella no importa tanto el acontecer del día a día, sino dejar una huellas en cada chico. Para ella esto quedó comprobado cuando en la fiesta de los diez años del hogar se encontró con caras conocidas que habían logrado un proyecto de vida: chicas que venían con sus bebes o un chico que estaba terminando el profesorado de educación física. "Ya con eso estás hecho", dice Sandra, resumiendo la esencia de dar.
Por Micaela Urdinez
De la Fundación LA NACION




LA VOZ DE LOS INVISIBLES



De chico Hernán Zin siempre supo que quería viajar y escribir. Le interesaba el mundo. Quizá por eso estudió Relaciones Internacionales y a los 22 años empezó como colaborador en LA NACION haciendo notas sobre turismo.


Su costado periodista lo llevó a China a cubrir la Cumbre de la Mujer en Pekín en 1995 para nunca más volver. Allí comenzó un viaje hacia los confines de la exclusión y la miseria que lo llevó a estar tres años en Calcuta, pero que después se transformó en su misión en la vida: mostrarle al mundo las expresiones más extremas del sufrimiento humano.


"Tenía 25 años y era un idealista. Para ese entonces había visto muchas barbaridades, guerras y la Madre Teresa me ofreció la posibilidad de hacer algo con mis propias manos", dice este joven de 39 años, que recorre el globo buscando problemáticas sociales invisibles para retratar a partir de libros o documentales.


"El que te cuenta su historia te da una responsabilidad y entendí que mi forma de cambiar las cosas era por medio de los artículos, las fotos y los documentales. El mundo se puede mejorar desde donde uno esté: desde tu lugar de panadero, contador o incluso periodista. Todos podemos transformar la realidad", dice Hernán, autor del blog Viaje a la guerra en el sitio del diario español 20 minutos: http://blogs.20minutos.es/enguerra .


Los últimos seis años su trabajo está concentrado en áreas de guerra, porque sostiene que es allí donde el sufrimiento está en su máxima expresión. Pasa sus días en Somalía, Sudán, Irak, El Congo, Afganistán, El Líbano, Camboya y la Franja de Gaza, entre otros lugares, pero la mirada de Calcuta lo marcó para siempre. "La primera vez que llegué a Gaza me recordó a Calcuta, pero con bombas", dice Hernán.


En septiembre de 2011 estrena un nuevo documental sobre la violación a las mujeres como arma de guerra, y actualmente se encuentra filmando un documental sobre el tráfico de armas y drogas en las zonas de conflicto.


PARA SABER MAS



Idealistas:


www.idealistas.org


Red Solidaria:


(011) 4796-5828


www.redsolidaria.org.ar

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