Una realidad con la que nos encontramos todos los días los comunicadores sociales es el constante desconocimiento sobre nuestra incumbencia en el medio laboral. Debemos comenzar a aclarar que no somos periodistas (primera asociación de cualquiera de nuestros interlocutores). Debemos asumir que sucede por muchos factores, algunos son: una formación mayoritaria de materias en formación periodística, otras una amplia formación en la diversidad de ámbitos donde es necesario la intervención y desarrollo de un comunicador. Esto casi nos convierte en “todólogos” en varias ramas.
Podemos desempeñarnos en diversas áreas: comunicación institucional, relaciones públicas, docencia, investigación y también periodismo o prensa. Reconocemos que hay áreas que nos gustan más que otras y en las cuales es necesario definirse y formarse.
Actualmente es necesaria la función del comunicador, su acción, su intervención en diversos ámbitos. Aunque aún hay una resistencia por parte de empresarios a dar un espacio a la comunicación y sus alcances. Desde este punto de partida ya comienza nuestra tarea mostrando y luego demostrando lo efectivo y fundamental de desarrollar tareas en esta área.
Las organizaciones vanguardistas le dan un papel primordial a su accionar, saben que depende de ello es cómo se mejorará el clima laboral, cómo los resultados se verán en le productividad (de manera interna). También, cómo consolidará y ayudará a dar una buena imagen y posicionar la empresa.
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